—La última vez que te vi, te dije que solo habría dos opciones —dijo Johan y una sensación amarga dominó su pecho—. Soltarte o llevarte al infierno…
—¿No solo viniste a ayudarme? —Lorena deseaba en el fondo irse con ese hombre peligroso de mirada rota.
—No, también vine para despedirme por última