Capítulo 22 —El guante rojo
Narrador:
Trascurrieron algunos días, Maya se había recuperado bien y en un par de días volvería a su apartamento. Liam parecía habérselo tragado la tierra, no lo había visto, ni había tenido mensajes de él. Elena estaba sentada en el amplio salón de la mansión, hojeando un catálogo de revistas de gala. Cuando Maya entró, la llamó con un gesto suave.
—Maya, ven un momento.
Maya obedeció con un poco a desgano, percibiendo que la expresión de Elena significaba algo más que una simple charla. Al acercarse, vio que Elena sostenía un vestido rojo profundo, elegante y cuidadosamente confeccionado.
—¿Qué te parece? —preguntó Elena con una sonrisa satisfecha mientras desplegaba el vestido frente a ella.
Maya lo observó con una mezcla de admiración y recelo.
—Es… hermoso —respondía con un hilo de voz, incapaz de ocultar su incomodidad.
—Quiero que te lo pruebes. Es perfecto para tu encuentro con Tomás.
El nombre resonó en la mente de Maya como una campanada de alarm