Cassandra entra en la habitación de Eleanor, encontrándola sentada en la cama, con la mirada perdida en la pared.
- ¿Estás bien? - pregunta Cassandra con preocupación.
- No sé. - responde Eleanor. - Siento que todo se está desmoronando a mi alrededor.
- Lo sé, pero debes seguir, no te puedes derrumbar.
- Suena sencillo. - suspira la señorita Grant.
- No lo es, lo sé. Pero debes aferrarte a la esperanza de que todo mejorará. Tal vez ahora no lo veas claro, pero las cosas pueden cambiar en cualquier momento. - le dice Cassandra tratando de darle ánimo. - Sé que estás así por Patrick.
- Le pedí que se alejara de mí.
- No creo que sea lo más pertinente. - contesta Cassandra.
- ¿Cómo puedes decir eso después de todo lo que ha sucedido, mamá?
Cassandra se queda en silencio por un momento, reflexionando sobre las palabras de su hija.
- Cariño, alguien ha tratado de hacerte daño y en esa casa es mejor tener a alguien de confianza, estamos rodeados de muchas personas que no te quieren ver bie