Mitchell le envió un mensaje a Selena y le pidió que se quedara con Eric por un tiempo. Él iba a enviar a alguien para reemplazarla pronto.
Selena no quería irse.
Quería quedarse y cuidar a Eric personalmente.
Antes, ella se vio obligada a ayudar, pero ahora era diferente.
En apenas unas horas, su mentalidad cambió.
Selena miraba al hombre acostado en la cama con la mitad de la cara cubierta con gasa y sentía una amargura dolorosa en su corazón.
Las exquisitas cejas y ojos de Eric ya no estaban visibles. Solo quedaba esa cicatriz sangrienta.
Era posible que él no pudiera ver nada en el futuro.
Eric ya no sería tan orgulloso y extravagante, y algunas personas se burlarían de él por ser ciego.
Todo esto era su culpa.
Selena respiró profundamente.
Mitchell le pidió a alguien que le llevara comida, pero ella no comió cuando la recibió. Ella simplemente se sentó en la silla y miró a Eric.
Lo miraba detenidamente y recorría concienzudamente cada pulgada de su rostro.
Los huesos