El sonido de una puerta abriéndose por la fuerza resonó por toda la habitación, me aferre tan fuerte a aquel joven que pensé que terminaría cortando su respiración, después de un momento me envolvió en sus brazos acariciando mi cabello.
—Déjenos solos —comencé a temblar —¡Lárguense! — escuche como la puerta se volvió a cerrar —Todo esta bien, ellos ya se fueron.
Lentamente comencé a soltarlo, cuando mis pies tocaron el suelo me atreví alevantar la mirada a aquel hombre quien solo se me quedo viendo fijamente.
—¿Quien eres tu? — levanto una ceja sin decir nada —¿Donde esta Sir.Froilan?