Me quede perdida en aquella mirada oscura, llena de maldad, deje de prestarle atención a sus ojos. Logre sentir como su mano presiono mi trasero, lo hizo con tal fuerza que pude sentirlo aunque tuviera muchas capas de ropa sobre mi.
—¿Que hace aquí ella? — trate de levantarme pero el príncipe sostuvo mi cintura obligándome a quedarme sentada en su regazo —Que se largue de aquí.
—Ella no ira a ningún lado —trate de levantarme pero el solo me mantuvo en su regazo —Tranquila —arreglo un mechón de mi cabello —Tranquila, Sariel.
—¿Sariel? — escuche un golpe en la mesa —¡ERES UN