Ava Janssen

New York

–Anote la dirección y en cuanto llegué aquí al hotel, bajo al Lobby por usted.

Le dije el nombre y la dirección del hotel. Don Eryx era una persona muy rígida y no iba a pegar el ojo en lo que quedaba de madrugada si no veía a su hermana. Y yo que no quería que supiera dónde me estaba quedando, adiós anonimato Ava, pensé.

–Gracias Ava, ahorita nos vemos.

–Por nada, Don Eryx.

Me quedé sentada en el sillón de mi habitación, no me iba a arriesgar a acostarme y a quedarme dormida. Me puse los zapatos tenis y estuve lista para cuando llegara Don Eryx. A los 10 minutos exactos, recibí nuevamente su llamada.

–Ava, ya estoy en el lobby. Te espero aquí.

–Enseguida bajo, Don Eryx.

Salí despacio de mi habitación para no despertar a Ariana, después bajé en el ascensor y la imagen que vi me descolocó. El hombre que me esperaba ahí no parecía ser mi jefe, aunque igualmente estaba guapísimo, él se veía con la mirada perdida y enrojecida y me conmovió pensar que pudo estar llora