Eryx DeCostello
New York
–El que tengo que comprar por llegar de ultimo al hotel – Le recordé – Pues vamos que me muero de hambre.
Todo el esfuerzo que habia hecho, despertó un tremendo apetito, a pesar de que no habíamos recorrido los kilómetros habituales, mi hambre estaba a mil. Podíamos pasar a comer algo rápido a algún restaurante por aquí cerca.
–Pensaba en que comamos una hamburguesa o algo rápido – Me propuso – Para no estar muy llenos y poder llegar a cenar bien a casa de tus abuelos.
–Me parece excelente. – Yo podía comer normal, pero tenía razón.
Salimos tomados de la mano del hotel y nos subimos a la limusina de la empresa que ya nos esperaba, fuimos a un restaurante de comida rápida para comer unas hamburguesas y después nos fuimos con rumbo a una pastelería exclusiva dónde compraba siempre los postres para llevar a ocasiones especiales.
–Aquí puedes escoger los que quieras – Le enseñé la variedad.
–Pero yo estaba pensando en uno solo ¿no seremos muchos o sí?
–Sí, solo un