153: Como me miraba a mí.
Ámbar.
Suspiro, viendo a Melly observarnos a mí y Darwin desde la distancia, y me inclino para darle un beso en la mejilla a mi esposo, un beso que lo hace sonreír.
Odio que se tarde en darse cuenta siempre que solo estoy actuando.
—Prefiero fingir entre nosotros que también estamos bien —expresa—. No puedes hacerte la difícil… Sé qué puntos pueden hacerte perder la cordura, lo sabes ¿verdad? Y si yo lo hago y tú solo no puedes controlarte, no seré yo el que tenga la única culpa, cielo.
Me ve con ese rostro provocativo que siempre me erizó la piel, y aunque debo admitir que siento algo de nervios, tengo autocontrol porque él no vale la pena, para nada.
—Sigue soñando. —Le guiño el ojo mientras paso mis uñas por su barbilla, rasguñándolo.
—¡Uhm! ¡Ruda! —Siento que me da una nalgada antes de que pueda alejarme—. Así es que me gusta, cielo.
El desgraciado disfruta bastante hacer esto y es por ello que he evitado que estemos en el mismo lugar lleno de personas.
—¿Ya se van...? —Hago una mu