Capítulo 29: La acústica del suplicio.
Al llegar al apartamento, no encuentran a Seda y Mustafá. Meltem mira una nota, que le había dejado Seda en la mesa, donde le avisaba que se había ido de vacaciones con Mustafá:
—Salieron Halide, se fueron a Las Vegas, Seda me dejo esta nota.
—¿A Las Vegas? ¿Qué raro?
—Improvisarían este viaje, tu misma se los propusiste.
—Si tienes razón. Entonces es mejor esperar y no estropearle los planes.
—Seda sufrirá, estoy segura Halide.
—No lo permitiré, ahora que Seda es mi sobrina consentida, la defenderé.
—A veces creo Halide, que Mustafá no ha olvidado a esa mujer.
—El primer amor, nunca se olvida tan fácilmente Meltem. Sin embargo, mi sobrino tiene que madurar y seguir adelante con su esposa, ahora más que nunca, Seda tiene que darle un hijo a Mustafá—asienta Halide.
—No creo, que ahora un hijo sea la solución a los problemas, que se le vienen encima a mi muchacha, y si Mustafá quiere divorciarse Halide.
—No nos precipitemos, no creo que se atreva a tanto. Se sacudirá un poco sí, tenemos