New- York, Usa.
Época actual.
Diana limpió con el dorso de sus manos las gruesas lágrimas que corrieron por sus mejillas. Recordó la falta de Rodrigo, y su corazón tembló de dolor, cuan ciertas sonaban ahora los reproches de Luciano, quizás si se hubiera entregado a él esa noche, las cosas habrían sido distintas, y ella no se sentiría seca por dentro.
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Luciano, caminaba de un lado a otro como una fiera enjaulada, desesperado, ansiaba que Diana, acudiera a la cita, no perdía la esperanzas de que asistiera, y estar a solas, y poder explicarle todo lo que sucedió.
Había regresado con un solo propósito: Recuperarla.
Sabía que ella no era feliz en su matrimonio.
—Siempre l