Capítulo 10: ¿Una esclava tan hermosa? Véndemela.
Al día siguiente Aitana tuvo que empezar a realizar sus labores en el palacio a pesar de que el dolor en su cuerpo no solo no se había ido, sino que con el golpe de ayer parecía haber empeorado y el constante esfuerzo no le ayudaba.
Ya había sido enviada a ayudar con la limpieza de los ventanales, luego a cortar flores del enorme jardín y al terminar tuvo que dirigirse a la cocina para ayudar en la preparación de la comida y ya estaba sudando frío.
Ayer no había podido comer nada porque todo lo terminaba vomitando y hoy ni siquiera lo había intentado porque no había tenido tiempo, pero ahora su cuerpo ya débil le estaba pasando factura, sentía que cada movimiento le costaba demasiado esfuerzo y el dolor en sus heridas aumentaba.
— Aitana encárgate de llevarle café al Alfa que está con invitados. — Ordenó la encargada del manejo de las criadas, Silvia.
— ¿Yo? No creo que deba… — Intentó negarse Aitana, después de sus interacciones con Dominic y Julia, prefería mantenerse lejos de