Un nuevo día, el día anterior había sido de pura adrenalina, Noelia dejó de pensar por un momento en su amigo y la sobrina de su gran amor, enfocándose en sí misma y en que ya era otro día más solo se tenía que conformar con mensajes y fotos de Leonel.
Ya era casi una semana sin ver a su guapo y rico hombre, para ella rico en todos los sentidos, no había lugar de él que ella no quisiese probar y descubrir.
Pensaba en la locura de ámbar y se reía agradecía y se sentía tranquila, que Julián debió regresar a Colombia y así no debía estar pendiente de que Ámbar y él, le dieran rienda suelta a su deseo y que explotara una bomba.
Por lo menos su amigo entendía que debía esperar a que ella tuviera más madurez para una relación, donde no solo él, tenga conocimiento en lo sexual.
También ella, la responsabilidad de empezar una vida sexual a temprana edad y no saber hasta dónde la llevaría eso y con una familia que estaba acostumbrada a lo correcto.
Acostada en su cama y sin nada qué hacer