[MATÍAS]
Volteamos para caminar el pasillo como recién casados, y ahí está nuestro hijo en primera fila con una amplia sonrisa tatuada en su rostro. Aitana y yo nos miramos sonrientes y con esa sonrisa nos decimos absolutamente todo. —Hijo, ven.— Le digo extendiendo mi mano y él sin dudarlo camina hacia mí y la toma. —Caminaremos los cuatro por este pasillo.— Anuncio y él asiente.
De esta manera los tres... mejor dicho los cuatro, vamos caminando por el pasillo en medio de las felicitaciones de los invitados. Pienso en esta escena y me doy cuenta de que finalmente somos una familia de verdad. Somos esa familia que tanto imagine tener, pero que jamás creí que sería tan perfecta.
[...]
Fotografías que quedaran grabadas en mi memoria para siempre, besos inolvidabl