El Día Después 52.
Sus ojos se abrieron con dificultad, la luz matinal entraba completa por el ventanal de cristal iluminando la habitación. Intentó tapar su rostro con el antebrazo pero fue imposible moverse unos brazos afianzados a su cuerpo se lo impidieron.
El recuerdo de lo sucedido la noche anterior llegó a su cabeza como una película que iba muy rápido.
Con suavidad quitó el brazo de su compañero para levantarse de la cama y salir de ahí y no volver, jamás el vestido que traía puesto quedó arruinado la parte de arriba estaba rasgada, rápidamente tomó una sábana para cubrirse.
—Es más cómodo que uses mi camisa —hablaba una voz masculina adormilada—. ¿A dónde vas?
Se dió la vuelta no quería despertar a Takeru pero su plan había fallado, suspiró resignada a tener que usar su ropa y enfrentar su situación.
—Buenos días —dijo con una sonrisa forzada se despojó de la sábana para tomar la camisa que el japonés dejó tirada anoche, tenía razón era más cómoda que andar envuelta en esas enormes sábanas —