La Debilidad del Alfa.
La Debilidad del Alfa.
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Él la matará hoy.

¡¡BOFETADA!!!

—¿Cómo te atreves a quererle quitar el novio a tu hermana? —el Sr. Miller, que es el padre de Ashley, le preguntó enojado.

—No, no fue así, él quiso abusar de mí —Ashley respondió con lágrimas en los ojos.

Su padre ya la había abofeteado más de seis veces.

—¡¡Cómo te atreves a decirme que él quiso abusar de ti!! ¿Es eso lo que te enseñé? ¿Abrir las piernas de ofrecida al novio de tu hermana y luego hacerte la víctima? ¡¡Eres una vergüenza para nuestra familia, Ashley!! —escupió el Sr. Miller con furia.

—No fue así. Por favor créeme.

Ashley siguió llorando y le rogó a su padre.

—A partir de hoy, YO, DAVID MILLER, TE RECHAZO ASHLEY COMO MI HIJA. ¡AHORA SAL DE MI CASA Y NUNCA ME DEJES VERTE DE NUEVO! —el Sr. Miller tronó, lo que hizo que Ashley se estremeciera.

Ashley se sentía como hielo.

—Papá, papá, papá, lo siento, por favor no me repudies. No tengo adónde ir, papá. Por favor, ten piedad de mí, papá. Soy tu hija, por el amor de Dios —Ashley se arrodilló y siguió rogándole a su padre que ya le había dado la espalda—. Papá, ¿cómo puedes decir algo así? En toda mi vida, no he hecho nada más que complacerte. Escucho y obedezco todas tus órdenes sin cuestionarte. ¿Y ahora prefieres creer lo que te dice tu hija ilegítima? —dijo Ashley con lágrimas y enojo en los ojos.

¡¡¡Bofetada!!!

El dolor atravesó su mejilla mientras trataba de mantener la calma.

—¿¡¡CÓMO TE ATREVES A INSULTAR A MI HIJA!!?

La Sra. Miller, que es la madrastra de Ashley y la madre biológica de Elisa, abofeteó a Ashley.

A ella nunca le gustó Ashley desde el principio.

Además, odia cuando le recuerden que era una amante.

—Abofetearme es todo lo que puedes hacer. ¿Por qué? ¿Llegué al punto? Pero esa es la verdad. Por tu culpa mi mamá murió. Gracias a ti, me convertí en un títere para mi papá. Por tu culpa y tu hija, me están echando de mi propia casa. La casa que una vez perteneció a una familia feliz ahora se ha convertido en una casa de m****a —dijo Ashley directamente a la cara de la Sra. Miller.

Se sintió como mil bofetadas para la Sra. Miller.

—David, mira cómo me trata tu hija. Ella no me respeta ni un poco. Siempre ha sido así cuando no estás cerca —ella comenzó a llorar pretenciosamente, lo que agregó más combustible a la ira del Sr. Miller.

—Niña desagradecida, ¿es así como te comportas en mi ausencia? —el Sr. Miller corrió hacia Ashley y la agarró del cuello y la asfixió. Ashley luchó por liberarse del agarre de su padre, pero fue difícil.

Su padre estaba empeñado en matarla.

Cuando al fin la soltó ella apenas podía respirar.

—Yo... —trató de hablar.

—¡Cállate perra! —escupió el sr. Miller y le dio un puñetazo en la mandíbula.

Fue tan brutal que cayó al suelo, también golpeándose la frente con la mesa.

Podía sentir sangre caliente corriendo por mi sien, el sabor amargo de la sangre en su boca mientras trataba de respirar.

Su cabeza se estaba mareando.

Ni siquiera la dejó respirar y le pateó fuerte en el estómago.

Un grito agudo desgarrador salió de sus labios ante ese dolor insoportable. Pero no se detuvo.

Parecía borracho e indignante mientras continuaba pateándola sin rumbo fijo, sus patadas brutales golpeaban su estómago, sus piernas, sus costillas.

Todo lo que podía sentir era dolor, mucho dolor.

Su cabeza latía con fuerza y ​​puntos negros comenzaron a aparecer en su línea de visión.

—Ahora me encargare de darte muchos hombres, para que estes satisfecha y no andes mirando el novio de tu hermana —escupió venenosamente justo en su cara.

El corazón de Ashley sangraba por sus palabras. Hubiera sido mucho mejor si hubiera nacido huérfana.

Se supone que los papás aman a sus hijos sin importar qué, pero su padre quiere hacer que la violen.

Observo con horror cómo su padre llamó a unos vándalos, su madrastra le echo una mirada de burla antes de salir de la casa detrás de su padre, mientras hablaba.

Ashley se puso de pie sobre mis piernas temblorosas con la ayuda del sofá y cojeo hacia la puerta trasera.

Solo había una cosa en su cabeza.

Debía escapar.

Corrió por las viejas calles mientras el área se oscurecía más y más y apenas había una casa o los alrededores, pero aun así no se detuvo.

La adrenalina corría a través de su sistema.

Estaba en una carretera abandonada y podía oír un coche que venía por detrás, así que inmediatamente corrió hacia el bosque.

Sus ojos estaban hinchados con todos los golpes que me le dio su padre.

Ya se tambaleaba varias veces mientras corría.

Puntos negros aparecieron en su visión, pero no sé rindió. Estaba asustada, tan malditamente asustada, pero corrió y corrió.

Mientras corría sintió como si se le hubiera caído el corazón.

Al escuchar un gruñido bajo y amenazador, miró por encima del hombro solo para que sus ojos se abrieran cuando el miedo se deslizó en sus huesos.

Un lobo rondaba justo detrás de ella.

Su corazón se aceleró en su pecho al ver la frontera vecina a cierta distancia.

Si pudieran llegar allí.

Este solo pensamiento aceleró su ritmo.

Estaba tan oscuro que no vio una roca y su pie se enredó con ella.

Golpeó el suelo con fuerza.

Un gemido de dolor salió de sus labios y un sollozo atravesó su cuerpo, pero ninguna voz salió de sus labios.

Su garganta estaba tan reseca que podía sentir que perdí sus cuerdas vocales.

La oscuridad estaba nublando lentamente su visión mientras trataba de ponerme de pie.

Pero simplemente no pudo, su cuerpo se dio por vencido.

Su corazón dio un vuelco y estaba en camino un ataque al corazón cuando escuchó que las ramitas secas se rompían y los arbustos se movían como si alguien estuviera caminando a través de ellos.

Se estremeció, al mirar hacia atrás, su cabeza completamente mareada.

Su visión estaba nublada y estaba a punto de perder el conocimiento cuando vio a un gran lobo negro acercándose a ella.

Trató de retroceder, un gemido silencioso salió de sus labios.

Como si sintiera su intenso terror, el lobo se detuvo. No era un lobo de tamaño normal. 

Era un lobo de tamaño enorme, que la miraba con remolinos dorados de ojos.

El lobo estaba gruñendo como si fuera escandaloso. 

Pero lo único que podía pensar Ashley era que podría comérsela entera en solo dos bocados.

Las lágrimas brotaban continuamente de sus ojos mientras trataba de mantenerse despierta.

Hizo su mejor esfuerzo.

Pero simplemente no pudo.

La negrura se filtró a través de su cerebro mientras lentamente se adentraba en la oscuridad, sabiendo muy bien que se convertiría en el festín de esta enorme bestia negra.

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