[ARI]

Dejé caer mi trasero sobre el sofá de piel de la doctora Jones, una mujer de setecientos años, cabello rubio mal pintado y sonrisa escalofriante. Acomodé mi espalda en el cojín y me acosté de lleno, jugando con un cubo de rubik que estaba sobre su escritorio, el cual rodeó para tomar asiento frente a mí y mirarme como si ya lo supiera todo de mi persona.

—¿Qué?

—Buenas tardes, Ari. ¿Cómo estás hoy?

Odiaba eso. Me trataba como si tuviera diez años.

Reprimí las ganas de poner mis ojos en blanco y me encogí de hombros, restándole importancia a su pregunta.

—Normal. Otro día en el paraíso.

—¿Disculpa? No estás poniendo de tu parte. ¿Me puedes decir que te molesta?.

—Que Dante y Difer se gasten mis boosters de Candy Crush. Eso no lo soporto. Ah, y estar aquí. También es insoportable.

Bufó, acomodó sus anteojos y escribió algo en su reporte.

—¿No hay nada que quisieras contar? ¿Has hecho lo que te recomendé la sesión anterior?

—Sí —terminé de armar el cubo con todos sus colores bien pu