Mark dobló la esquina y las luces del departamento resplandecian por si solas. Entre la oscuridad, observe un cigarro prendido y reconocí su figura. Evans salió hacia nuestro encuentro, al parecer había estado corriendo,por lo cual, estaba toda su espalda y frente completamente sudados.
- ¿Qué tal, primito?
Ross apoyo sus brazos sobre la ventanilla y sonrió viéndome, se acercó lentamente a mi y dejo un pequeño beso.
-¡Ay, por favor! no hagan estas cosas en mi coche. - se quejó Mark mientras simulaba arcadas en su lugar.
La ronca risa de Evans se resonó y yo rei en silencio mientras me sentía enrojecer. La puerta fue abie