Sentí unas suaves cosquillas sobre mi brazo, gruñi y tome más fuertemente de la tela grisácea. Pude escuchar mi nombres dicho muy despacio en mi oído, abri mis ojos encontrándome con los suyos y detrás de él, la cortina estaba corrida dejando ver el oscuro cielo.
- Debemos irnos, ahora. - mencionó Evans y se sentó a mi lado cabizbajo.
-¿Sucedió algo? - pregunte y me reincorpore sobre el colchón. - ¿Por qué estás así? Algo pasó.
-No ha pasado, solo debo volver rápido a la empresa. - sonrió a penas y suspiró profundamente perdiendo su mirada en alguna parte de la habitación.
Eran las 5