Punto de vista de Sofía
Habían pasado diez años desde que me uní al Grupo Morales.
Durante ese tiempo, las fórmulas que desarrollé les ayudaron a generar cientos de miles de millones en ganancias. Mercados enteros fueron transformados gracias a mi trabajo.
Ya no era una química escondida en secreto detrás de la puerta de un laboratorio, era su activo más valioso.
Y también era la novia de Sebastián Morales.
Me dijo que se enamoró de mí la primera vez que me vio. Quizás era verdad, quizás no. Pero ser suya significaba que me daban cosas que la mayoría en la organización nunca recibía, libertad y seguridad.
Gracias a Sebastián, no tenía que quedarme en México a tiempo completo, podía viajar. A menudo, él simplemente me preguntaba dónde quería ir, luego me llevaba allí.
Pero debido a quién era él, y lo que era el Grupo Morales, siempre viajábamos de forma discreta; en vuelos tranquilos con reservaciones sin identificar.
Para el décimo aniversario de mi trabajo con los Morales, Sebastián d