Capítulo 1.

1. Otra Oportunidad.

Jeff: 

Suspiré pesadamente mientras dejaba el saco de cemento sobre el suelo, los chicos dejaron los demás chicos dejaron los sacos y esperamos por el ingeniero que hablaba por teléfono.

—Algo me huele mal Jeff.

—¿No te bañaste?

—Hablo en serio idiota —me rei—, esas columnas en cualquier momento caerán ¿acaso el ingeniero no toma las cosas en serio?

—Lo se, pero no podemos decir nada, somos solo obreros, nada mas.

—Espero que nadie salga lastimado.

Yo esperaba lo mismo.

Estos ingenieros solo por ahorrarse o meterse algo de dinero en el bolsillo, son capaces de hacer cualquier cosa y no les importa la seguridad de nadie. Ya había hablado sobre esto anteriormente, pero el idiota del ingeniero lo que hizo fue humillarme, ya que no contaba con los estudios que segun el tenia.

Bastardo.

Lamentablemente la opinión de un albañil nadie la toma en cuenta, ya que según ellos, nosotros no poseemos el conocimiento que ellos si, así que no nos queda de otra que escucharlos y recibir los supuestos conocimientos que ellos según, poseen.

No estudie en una universidad prestigiosa, de hecho a penas pude culminar la escuela, ya que mi vida no era la mejor para ese entonces asi que aprendi lo basico, a leer y escribir, aprender a sumar, restar, multiplicar y dividir, lo básico.

Aun así, no me molesto por la vida que me toco, ya que siempre tome buenas decisiones, ahorre dinero y vivo algo cómodo junto a mi esposa.

—Sigamos, debemos terminar esas columnas.

(...)

Después de una larga y agotadora jornada, no había nada mejor que regresar a casa y ver esa hermosa cabellera en la cocina, me quede en el umbral de la cocina admirando a mi esposa, al verla no podía evitar sentirme verdaderamente afortunado.

Yo, un hombre que no tenía nada que ofrecerle, se enamoró de mi y me ha dado la felicidad que tanto he deseado desde que era joven.

Ella volteo hacia mi y me sonrio, tomó mi mano y me arrastró hacia ella, me dio un abrazo como suele hacerlo todos los días que llego.

—Nena, estoy sucio..

—¿Y que? —hizo un puchero—, eso no quita lo guapo y sexy que eres.

—Gracias por el alago, pero suéltame, estoy lleno de concreto y pintura.

—No lo haré —se aferro mas a mi—, me hiciste falta hoy.

—Todos los días me dices eso —reí un poco— ¿que tal tus clases? Traje el pan de avena que te gusta —le entregue la bolsa y ella saltó emocionada.

—Las clases estuvieron bastante bien —dejo la bolsa sobre la mesa—, mañana tendre un examen, con eso pasaré y me graduaré.

—Felicidades —la tome en mis brazos y la alce—, después de ese examen, iremos por una cerveza y a bailar... Me hubiese gustado llevarte a algo más a tu altura.

—¿Que dices Jeff? —me tomo de las mejillas— si tu amor y compañía es lo único que necesito...

—Lo se nena, pero, quisiera darte el mundo ¿sabes? Comprarte todas esas cosas hermosas que miras en tu teléfono —suspire—, prometo trabajar duro para cumplir todos tus caprichos.

—Lo único que necesito es que sigas amándome siempre, ya me cuidas, me escuchas y para mi eso es más que suficiente.

La amo.

La amo con toda mi alma, pese a todo, ella sigue a mi lado. Nos casamos jóvenes, demasiado jóvenes pero aun asi nos seguimos amando como el primer dia.

Pese a sus padres, ella no me abandono, ni yo a ella. Seguimos al lado del otro.

—Aun recuerdo cuando nos conocimos —ambos reímos—, fue vergonzoso.

—Ni que lo digas, esa noche estabas ebria y te acercaste a mi para darme tu numero —ella se tapó la cara—, confieso que jamas me habia pasado —rei—, pero fue el mejor momento de mi vida —me miró—, te amo loca.

—Y yo a ti lunático —me beso.

La baje y ella se fue a prepara la cena, o casi. Abi no es una buena cocinera, tengo que admitirlo, cocina horrible pero se que esfuerza en que yo coma bien y todos los días busca una receta para no comer siempre lo mismo.

Llevamos cinco años casados y aun no aprende del todo, pero siempre me dedico a animarla a que siga cocinando así la comida le quede simple o salada. Se que mi pequeña esposa se esfuerza.

Desde que estamos juntos, siempre me esforcé por querer darle todo, ya que ella venía de una familia no tan rica, pero si bien acomodada, pues su padre trabaja para el alcalde, así que eran de una buena posición económica.

Yo en cambio, era un simple obrero que vivía en un remolque, no tenía responsabilidades, solo cuidaba de mi mismo y ya, no me importaba nada, hasta que Abigail llegó a mi vida, que fue en donde empecé a poner orden en ella. Me esforcé por trabajar más para llevarla a las mejores citas, que viera lugares hermosos asi como lo es ella.

Cuando conocí a sus padres, fue humillante. Me trataron de lo peor pero aun así me mantuve al margen por ella, esa noche Abi se fue de su casa para vivir conmigo, me había negado, pero ella no quería dejarme por que se había enamorado de mi y yo de ella.

Desde entonces, hemos estados juntos. Nos respetamos, nos amamos y sobre todo nos apoyamos.

Ella siguió estudiando, muchas personas le dieron la espalda por estar a mi lado, aun así, ella permaneció firme, pase meses sintiéndome culpable por ello, pero Abigail me dio la fuerza que necesitaba para poder continuar.

Trabaje aún más duro para buscar una casa pequeña, con mucho esfuerzo, la compre para ella, se la remodele a su gusto. Es pequeña, pero acogedora, por que refleja lo que somos, un hogar.

Estar casado con ella, fue lo mejor que me ha pasado en la vida.

—Me daré un baño —deje un beso en su mejilla.

Me quite la ropa de trabajar que estaba llena de cemento y pintura, la meti a lavar mientras me daba un baño. Mientras lo hacía, pensaba en sus padres.

En como el señor Horan le dio la espalda a su única hija, a pesar de todo ella sigue amando a sus padres, pero sabe que no puede verlos por que me humillarían y ella me defiende con uñas y dientes.

Esa es otra de las cosas que me gustan de ella, que es bastante impulsiva y siempre dice lo que piensa, es un amor de persona pero cuando se molesta, es difícil de controlar.

Salí del baño ya con solo la parte de abajo puesta, ella estaba sobre el sofá buscando una pelicula, no importaba lo cansado que estaba, siempre me sentaré con ella a ver una película, así sea ella la que se duerma primero.

—¿Que veremos? —me senté a su lado, ella se acurruco a mi.

—No lo se, quiero ver la Princesa y el sapo.

—Abi, ya la hemos visto muchas veces... Busquemos algo que no hayamos visto.

—Es quiero ver una animada —me miro— ¿me dejas?

—Abi.

—Por favor —me besó la mandíbula.

Ella sabe como comprarme.

—Bien, veremos por milésima vez esa película.

—¡Te amo! —me beso la mejilla, yo me rei.

La acomode sobre mi pecho y empezo la pelicula, no lo se, pero por alguna razón, quisiera atesorar esto. Entrelace mis dedos con los de ella y al hacerlo senti una opresion en mi pecho que no me gustaba para nada.

Decidí ignorar aquello.

(...)

A la mañana siguiente.

—¡Espera! —Abi corrió hacia mi, me reí al verla con sus cabellos rojizos desordenados y en pijama— ¿Pensabas irte sin comida y sin darme un beso?

—Nena, te veías muy cansada.

—¿Y eso que? Tienes que darme un beso antes de irte.

Me entrego la comida, con un brazo la alc'r y le di un beso bastante apasionado que ella no dudo en corresponder.

—Te amo —le hice saber—, llámame cuando el examen termine ¿si? Quiero saber como te fue, aunque se que te irá excelente, eres la mejor de tu clase.

—Gracias por alentarme cariño —me sonrio—, te amo.

La baje al escuchar el claxon del auto de Antony, le di otro beso y salí de la casa, me subí al auto y me encamine hacia el trabajo. Sentía un vacío en el estomago, como si algo malo estuviera por pasar.

Esto no me gusta.

—¿Te sientes bien? —me miro— estas muy callado y tu no eres asi.

—¿Que insinuas? ¿Que hablo demasiado?

—Pues..

—Antony, me ofendes —ambos reímos—, solo estoy algo pensativo. Creo que es por el examen de Abi.

—¿Es hoy? —le asentí.

—Si, con eso se gradúa, aunque se que lo hará bien... —hice una pausa—, quería pedirle que tuviéramos un bebé.

—¿Un bebé? Pero aún están demasiado jóvenes.

—Lo se —mire por la ventana—, pero deseo un hijo nuestro... Pero si ella lo desea claro está.

—Eso es lo que debes pensar, en que ella esté de acuerdo —le asentí—, mi esposa no quiso tener hijos y yo estaba de acuerdo, pero cuando llegó nuestro hijo, fue inesperado pero lo amamos. Asi que tomense su tiempo.

Eso es lo que planeo hacer, tomarme mi tiempo, nuestro tiempo. Abi aun no se ha graduado y tener un bebé implica aun más gastos, por más que lo desee, debo pensarlo bien.

Antony estaciono el auto en la constructora, habíamos llegado a tiempo. Al bajar saludamos a algunos compañeros. Como suelo hacerlo me coloque el casco e ingresamos. Luego nos sentamos a desayunar para empezar con el trabajo.

Sonreí al ver la comida que me empaco Abi, sandwich de queso con unas fresas picadas y jugo de arándanos, mi favorito.

Joder como amo a esa mujer.

Termine de comer y guarde mis cosas, antes de eso recibí un mensaje de Abi. Era una foto de ella en las puertas de su salon pidiéndome que le desee suerte.

"No la necesitas nena, lo harás bien, no olvides que te amo"

Guarde mi teléfono en el bolso, me coloqué los guantes y tome algo de aire.

—Field, vas a subir al andamio.

—¿Que? Pero ese el trabajo de Pérez, no mío.

—Pérez no vino, asi que te toca hacerlo... Se te dará algo extra por eso, así que sube.

Asentí, fui hasta el tercer piso del edificio, salude a los chicos que estaban el el piso y me pose en los límites de este, tenia que soldar las columnas así que debía subirme al andamio.

Me pusieron todo para mi seguridad y poco a poco me subí para ir hasta el cuarto piso. Me coloque los lentes y empecé a soldar lo que hacía falta.

Pero al hacerlo, sentí que algo se rompía y fue en cuestión de segundos para que el arnés en en el que estaba colgado se rompiera. No me dio tiempo de sostenerme de algo y caí desde el cuarto piso directamente al suelo.

Escuche gritos a lo lejos mientras que sentí que todo mi interior se quebraba en miles de pedazos.

—¡Llamen a una ambulancia!

Era la voz de Antony.

Mi vista se torno borrosa y sentí que me estaba ahogando. Luego cerré mis ojos, para después abrirlos de golpe. Jadeé al ver que estaba en un pasillo largo y blanco.

¿Donde..?

—Jeff —voltee hacia aquella voz, un hombre de traje blanco venia hacia mi.

—¿Que..? —empecé a tocarme el cuerpo, pero no sentía nada, mire mis manos y estas estaban transparentes— ¿Como es que..?

—Estas muerto —me dijo aquel hombre—, acabas de fallecer en tu trabajo.

—No, esto no puede ser —mire a todos lados, no había nada ni nadie más—, eso es imposible... Tengo que estar vivo, no puedo dejar a mi esposa.

—Así sucedieron las cosas —me sonrio—, vendrás conmigo.

—¡No! —exclame y me aleje de el— no puedo estar muerto, eso es imposible.. ¡No puedo estar muerto!

—Calma —me dijo con mucha tranquilidad—, no te pasará nada, estas en el plano astral.. Ven conmigo.

—No —negué—, no puedo irme con usted a ningún lado. Tengo que regresar con mi esposa ¿lo entiende?

—¿Deseas regresar? ¿Por que?

—Por mi esposa, no puedo quedarme aquí y dejarla sola... —dije al borde de la desesperación— Ella me necesita, no puedo abandonar a mi esposa.

—Entiendo —miro hacia el frente, luego a mi—, siempre has sido una buena persona, has ayudado a las personas que te rodean —sonrio. 

Mire las paredes del pasillo, en ellas habían momentos míos en los que ayude a alguien en problemas, yo siempre pensé que eso no era nada. 

Luego, los recuerdos de Abi, de nosotros. Me acerque a la pared para tocar la imagen, era ella sonriendome en el parque, fue el dia en que le pedí que fuera mi esposa. Mi llanto salió y me arrodille ante aquella foto. 

¿Esto terminaría así? 

¿Moriré sin ver una vez más a mi esposa? 

—De pie —me pidió, yo con mucha dificultad me puse de pie—, la amas ¿no es así? 

—La amo mas que a nada —solté un sollozo—, no es justo esto, no lo es. 

—Se que no lo es, muchas personas buenas mueren injustamente, pero no todas reciben una segunda oportunidad... Y tu tendrás la tuya. 

—No lo comprendo. 

—Caminemos. 

Le asentí, camine a su lado. Las imágenes de Abi seguían en las paredes, mi corazón se sintió oprimido por que no podre verla más, entonces entendí el como me sentía ayer, como una despedida, era por esto, por que no la veria mas. 

¿Cómo dejaba ir al amor de mi vida? 

¿Como podría? 

—No damos una segunda oportunidad —mire a aquel hombre—, pero tu la mereces, por que has sido buena persona a pesar de todo. 

—No he sido bueno señor. 

—Claro que si, has hecho poco pero demasiado a la vez —rio un poco—, además de que no esperabas recibir nada a cambio. Creeme que muchas personas tienen el beneficio de vivir una buena vida, aun así la desaprovechan y son los peores... Por eso tu tendrás una oportunidad. 

Mire hacia donde el lo hizo. 

—El es Jonah Downey —me miró y luego a la imagen. 

Era la de un hombre de mi edad, quizá un año o dos mayor que yo. Estaba sentado en una enorme oficina mirando unos papeles, el era completamente distinto a mi. 

El era elegante, pulcro, apuesto y muy serio. 

—Será asesinado por una persona a la que confiaba —lo mire sin creerlo—, tú estarás en su cuerpo. 

—¿Que? ¿E-Eso es posible? 

—Yo hago todo posible, Jeff. Jonah es un hombre distinto a ti, el creció lleno de beneficios, pero ha sido una muy mala persona... No merece la vida que tiene —me sonrió—, tú ocuparás su lugar. 

—No puedo hacer eso... Tengo que regresar a mi cuerpo. 

—Eso es imposible, solo tu alma pasara al cuerpo de Jonah, es eso o no regresar, tu decides. 

Mire al tal Jonah, el es distinto a mi, demasiado distinto ¿como planeo llegar a Abi luciendo como el? Eso es imposible. 

Pero es eso, o no volver a ver a mi esposa. No puedo quedarme aquí y dejarla sola. Ella me necesita, necesita estar a mi lado y yo en el de ella. 

Mi Abi. 

—Lo haré —dije decidido—, regresaré. 

—Eso pensé —sonrio—, solo tienes una oportunidad Jonah —me dijo por el nombre de aquel sujeto—. Tendrás los medios para cambiar la vida de tu esposa, también a las personas que te rodean, incluso, la del propio Jonah, eres sabio y se que harás las cosas bien... Solo que no debes decirle a nadie quien eres, solo a tu esposa, pero cuando el momento sea el indicado. Suerte Jonah. 

—Espere, aun tengo dudas... 

—No hay tiempo. Debes irte. 

Me empujo hacia un vacío, mi voz no salia por mas que gritara. Luego sentí que caí en algo suave y mi vista se torno negra para después mirar hacia el techo. 

Escuche un pitido, luego la voz de una mujer llamando a Jonah. 

¿No fue un sueño?

¿Realmente me mori? 

Mi vista dejo de ser borrosa y miro el techo de lo que parece un hospital. Mire mis manos, fruncí el ceño al ver que estas no tenían ni una sola cortada, ni cayos, estaban lisas y blancas. Los tatuajes de mis brazos no estaban, no había rastro de tinta en ellos. 

¿Qué es esto? 

Me toque el rostro, tenía barba ¿desde cuando? 

—Dios mio Jonah —una mujer mayor apareció frente a mi—. Al fin despiertas. 

—¿J-Jonah? ¿Quién es usted? 

Me quede callado de forma abrupta. Mi voz era otra, sonaba gruesa y rasposa. 

—Un espejo, necesito un espejo. 

La mujer frunció el ceño, pero hizo lo que le pedí, me entregó un espejo, jadee al verme el rostro. Era aquel hombre, al que había visto antes, Jonah Downey. 

Esto es imposible, entonces lo que me dijo ese hombre era cierto, estoy en el cuerpo de este hombre. Ya no era rubio, era pelinegro y de ojos oscuros, mire mi cuello y la serpiente que tenía en el cuello no estaba, no tenia el piercing en mi ceja, mi rostro era el de otra persona. 

Una venda cubría mi cabeza, luego sentí una punzada en esta. 

—¿Que que fecha es hoy? ¿En que fecha estamos? 

—Catorce de marzo hijo, estuviste en coma por cuatro meses. 

—Eso es imposible —susurre—, yo falleci ayer.. 

—Por Dios Jonah —la mujer lloraba—, me estas asustando. 

Esto que me esta pasando es imposible, no pude haber muerto hace cuatro meses si yo hable con ese hombre hace unos minutos. 

Abi. 

Tengo que buscarla, tengo que encontrar a mi esposa. 

—No te muevas hijo, recibiste un disparo en la cabeza, aún estás delicado, llamaré al médico. 

¿Disparo en la cabeza? 

"Será asesinado por una persona a la que confiaba, tu estarás en su cuerpo." 

Las palabras de aquel hombre se repetían en mi cabeza. Entonces es cierto lo que me dijo aquel hombre, estoy en el cuerpo de Jonah Downey. 

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