~ Siena
Mis cortinas ondeando salvajemente me despiertan.
Abrí los ojos con un pestañeo y me di cuenta de que había dejado la ventana abierta. La lluvia cubría el suelo, formando un charco denso en la alfombra. Me levanté de un salto y la cerré de golpe antes de retroceder.
Debí estar tan cansado anoche que lo dejé abierto.
Frotándome la cara con las manos, dejé escapar un suspiro de exasperación. Desde que ese impostor me metió en el agua, no he podido dormir bien.
Recuerdo cómo me sentí al tener las manos de Onyx sobre mí, su boca sobre la mía. Saber que no era él, sino una bruja antigua y maldita, me da náuseas.
Debería haber sido él.
Algo que yace en el suelo al lado de mi tocador atrae mi atención y se lleva mis pensamientos antes de que se vuelvan demasiado desenfrenados.
Al recogerlo, frunzo el ceño al ver los garabatos escritos a mano.
Sé quién eres. La verdadera tú, Sienna.
Sé que él no conoce tu secreto.
Díselo, o lo haré yo.
Mi corazón vacila y la nota tiembla entre las yem