Entramos a los separos a ver a Ángela. Estaba bien atendida. Al parecer, sin testigos y sin pruebas, todo se solucionaría.
Al vernos se lanzó a los brazos de mamá y rompió en llanto.
-Angy, no pasa nada, te sacaremos de aquí.
-No es eso mamá, tengo años arrastrando esta pena, no me lo puedo perdonar.
-El abuelo iba morir, era cuestión de días corazón. El cáncer le invadió sus signos vitales, tuvo un par de paros cardíacos antes de morir, en cualquier momento iba a suceder.
-Mamá, pero yo lo inyecté.
-Perdónate cariño, el abuelo estaba en sus últimos dí