—¿Qué dijiste? —, la retó Juliet al levantarse con postura amenazante.
—Esta sorda, pobre loba. La ambición de ser luna acabará con tus sentidos lobunos, ¿Sabías que los lobos se sumen tanto en la tristeza que abandonan a su parte humana? —, le contó maliciosa y Rodolfo disimuló, la gracia que le ca