—Ya se lo dijimos, pero no nos cree —me dice mi pequeño Alec—. ¿Por qué no nos cree?
—James, tienes que tranquilizarte —le dice Alec—. Con gusto podemos discutir el tema, pero…
—Con la única persona con quien voy a discutir el tema es con Demetria —responde Hoffman con frialdad—. Lo lamento, pero te