Aria
Todavía no han pasado más de dos horas desde que mi hijo se fue con Ethan, y él me ha asegurado que están bien, pero no dejo de estar nerviosa y correr hacia la ventana ante el menor ruido.
—¿Y si el señor monstruo se lo lleva para siempre? —pregunta mi hija, que está sentada en la cama, abr