Cap. 3: PADRES

Cap. 3: PADRES

A la mañana siguiente, Isabel salió a buscar empleo. Brizna y sus padres la animaron para ello.

Sin embargo, una semana después,  cuando ya había sido seleccionada en una de las empresas donde la entrevistaron, Isabel se sintió indispuesta. Brizna, la convenció para que se fuese a revisar al médico.

El doctor le mandó a hacer exámenes de sangre. Isabel se encuentra sentada en la orilla de la camilla en el hospital “San Agustino”, el médico entró con los resultados en la mano.

—¿Desde cuándo tiene esos mareos, señora?

—Hace unas semanas atrás, sólo que no les había dado importancia, pero anoche casi caí del mareo.

—Tiene que cuidarse, está embarazada. Vamos a obstetricia para que le hagan el eco. Aparentemente hay más de un feto, el obstetra le dirá.

Isabel miró al médico como ausente.

« ¡Voy a ser madre! Un hijo, parecen dos, es maravilloso, voy a ser madre, voy a tener no uno sino dos hijos. Soy bendecida »,  pensó sonreída.

Esperó unos minutos y pasó al pequeño cubículo.

El médico pone la gelatina en su vientre y comienza a pasar el transductor sobre el abdomen, se sonríe.

—Estás embarazada de trillizos, muchacha —le dijo el obstetra.

Isabel miraba la pantalla donde apenas se proyectaba una minúscula imagen oscura y unos punteros que señalaban los tres fetos dentro de su vientre.

—Estos —señaló—, por su tamaño y su mismo condón son idénticos y del mismo sexo, son varones  y esta es la hembra, que está separada —explicó el doctor.

Isabel está sorprendida y maravillada, ante las explicaciones que le da el médico.

—Isabel, sé que debes estar sorprendida. Embarazada de un bebé ya es una vida diferente para las madres, imagino cómo te debes sentir cuando llevas tres en tu vientre.

Ella respiró profundo y sonrió.  Después de vestirse nuevamente, salió del baño y se sentó frente al médico.

—Puedo decir que estás muy bien, ellos se están desarrollando perfectamente, ya tienes tres meses, así que tienes que irte preparando para cuando llegue el parto.

—Gracias doctor.

Isabel salió del consultorio, su mente era una vorágine de emociones. Por un lado, el sentir que va a ser madre, la felicidad del hijo esperado y eso la embargaba ahora, pero, por otro lado el hecho de estar sola, enfrentar la realidad que tiene que vivir y de que sean 3 a la vez, eso le abrumaba.

« Ustedes hijos, serían los futuros herederos de los Del Hoyo, pero sus abuelos y su padre jamás me creerán », Isabel limpió las lágrimas que acabaron de salir.

Entonces pensó en sus padres.  Ellos están bien económicamente, a pesar de que acababan de tener un encuentro desagradable, de que su padre le había pegado y de que su madre no la apoyaba mucho, con los bebes, estaba segura de que la actitud de sus padres cambiaría con la inminente llegada de sus nietos.

« Si, seguramente en cuanto se enteren se pondrán felices y me ayudaran, me apoyaran hasta que yo este estable y sólida en un empleo, son mis padres y los abuelos  de mis hijos », pensó la pobre Isabel, quien a pesar de todos los reveses que tenía no dejaba de sentirse entusiasmada y feliz ante la noticia de ser madre. 

Isabel, desde el hospital llama a sus padres.

—Papá, por favor necesito que me ayudes, sólo necesito que me apoyen quedándome con ustedes hasta que me estabilice,  después que dé a luz puedo trabajar y salir adelante sola.

—¿No te da vergüenza llamarme? ¿No tienes dignidad? ¿Cómo crees que te vamos a apoyar cuando tenías a un amante? No Isabel, estamos de cara al piso. Gracias a ti, los Del Hoyo han disuelto la sociedad y,  ¿pretendes venir a vivir a esta casa?… ¡¿Para qué?! ¿Para que sigamos siendo humillados? No podemos tenerte con nosotros, resuelve tu vida y cría a tu hijo, si ese otro hombre también te abandonó entonces resuelve tu sola. Y no nos llames más.

Isabel sintió todo el odio de su padre.

En medio de todo pensó en llamar a los Del Hoyo, quizás Don Marcos y la señora Mara la entiendan y apoyen, ellos siempre han querido tener nietos, el heredero de su apellido, el varón y ahora ella iba a tenerles dos varones y una niña.  Pero después recordó las palabras de Ricardo, sus humillaciones, el desprecio de todos en esa casa, el hecho de haber roto hasta la sociedad con su padre que no tenía nada que ver con lo que sucedió. Desistió de ello. Su corazón estaba abatido. Se sintió más sola que nunca.

Capítulos gratis disponibles en la App >

Capítulos relacionados

Último capítulo