—Madeleine —una voz brama de repente—, ¿En dónde estás…? ¡¿Qué demonios?!
Tampoco siente su peso, sin embargo, cuando su mente sé da cuenta que ya no están solas, Maylene vuelve a repetir lo único que su conciencia captó.
“Madeleine.”
Los ojos de Maylene paran hacia el dueño de la voz.
Maylene recon