Tiene a las dos gemelas en sus piernas, y mueve su pierna una y otra vez sin parar con la mirada pérdida en un rincón.
—¿Mami, quieres? —Hayley le alza la galleta hacia sus labios—, come. Debes comer.
—Estoy bien, amor —Maylene le sonríe acariciando su pelo de rapunzel—, estoy bien. ¿Te gusta?
—¡Est