—Te mientes a ti misma, y lo sabes. —Su voz era brusca, pero por suerte, cambió de tema—. Mamá y papá no paran de escribirme. Saben que bloqueaste sus números para mantenerlos alejados del rey, y amenazan con aparecer aquí a toda máquina si no los invitas.
Mis ojos se abrieron de par en par. —Mierda.—
—No me ha matado por esconderte. Deberían estar bien —dijo Logan—. Por lo que he entendido, nunca quita una vida sin una buena razón.
Casi mata a Silas. Que me acostara en el pasado fue motivo suficiente para él entonces.
—Bueno, lo entiendo. Es pura posesividad. Si mamá y papá no intentan alejarte de él, no tendrán problema.
—Probablemente.—
—Probablemente sea lo mejor que podamos hacer ahora mismo, Amarillis—.
Él tenía razón.
Sabía que tenía razón.
De todas formas, me pasé la mano por la parte superior del pelo. Se me había secado raro después de la ducha, con partes lisas y otras onduladas, pero no me importó. A nadie de la manada parecía importarle tampoco.
No era que necesitara impr