159. FALSA ALARMA
ILÁN:
Ivory, enfocada únicamente en aprender y disfrutar de su pasión, aceptó sin cuestionarlo, confiando en que lo ajustaríamos más adelante cuando llegaran los documentos oficiales. A medida que pasaban los días, el grupo se adaptaba a nuestra nueva vida parisina.
Las calles empedradas, los cafés en las esquinas y la Torre Eiffel como telón de fondo se convirtieron en nuestro nuevo hogar. Ivory florecía en sus clases de diseño, creando bocetos que impresionaban a sus profesores. Por mi parte, equilibraba mis estudios con mis responsabilidades en la empresa, encontrando en París una fuente inagotable de inspiración.
Las noches en el apartamento estaban llenas de risas, conversaciones sobre moda y arte, y planes para el futuro. Aunque la sombra del pasado y los secretos que guardábamos siempre estaban presentes, habíamos encontrado una forma de vivir el presente con intensidad.
Una tarde, mientras paseábamos por los Jardines de Luxemburgo, Ivory se detuvo de repente, mirándo