—Positivo. Oh, mi Dios... —La garganta de Pilar se cerró un poco, necesitó apoyar sus manos en los azulejos que rodeaban el lavabo.
Una lágrima rodó sobre su mejilla. Secó su cara y absorbió por su nariz, estaba feliz, muy diferente a como se sentía la noche anterior y casi todos los minutos de la