Mireya cayó de encima de la cama.
—¡Ahhh!
Se levantó hecha fuego y Pilar se estampó en contra suya no dejándola moverse, tumbándola otra vez, cayendo ahora las dos sobre el colchón, enzarzándose en una fuerte pelea de manotones, puños y agarrones de cabello.
—¡Jefe! —Jaya se levantó del asiento e