Jessica se incorporó a la fiesta de nuevo, solo que esa vez se fue derecho a la barra del salón y pidió un trago.
―Jessica Medina ―la llamo una voz masculina.
―Leon Allen ―reconoció, girándose a verlo.
―No pensé que fueses a venir ―dijo él, colocándose a su lado―. Whisky, por favor ―pidió al camarero.
―Mi primo me convenció de hacerlo, no es bueno hacerles un desaire a los socios ―explicó con tranquilidad.
―Mucha razón ―aceptó el hombre maduro con frialdad. Recibió su trago y se alejó―. Hasta luego.
La latina lo vio marcharse sin decir nada, ella bebió su vaso de bourbon y pidió uno más. En ese momento Frederick bajaba las escaleras acompañado de su abuela, que se prendía a su brazo con firmeza. Sonrió ante la imagen, Olive era una dama de armas tomar, así que concluyó que lo mejor e