—¿¡Qué!? —Anna abrió mucho los ojos cuando vio al abogado, que parecía sacado de un catálogo de trajes de los años sesenta y parecía más asustado que ella—. ¡Pero… yo hice mi llamada y ella me dijo…!
—¿Ella? —preguntó el detective cuando Anna se interrumpió—. ¿A quién se refiere?
—A nadie… Este no