Valeria sonrió con los ojos cristalizados. Había ido a aquel desayuno buscando un par de contratos y había salido con la certeza de que ahora tenía una mano que la ayudara.
—Gracias… —murmuró.
Andrew la ayudó a levantarse, pagó la cuenta y juntos se dirigieron hacia su coche para ir a la empresa. Él