—¡Despiértate ya! —le dijo una mujer que lo zarandeaba de un lado a otro. Abdul se despertó aturdido y semidesnudo bajo las sábanas. Se encontraba sobre la cama y dentro de un carruaje gitano. Quien lo empujaba era su amante, Milena, una guapa gitana de 20 años y de cabello castaño largo y rizado, que ataviada con una blusa blanca y una larga falda roja, así como un grueso cinturón y un chaleco. Se conocieron meses atrás cuando él la salvó del maléfico Marqués de Vorja.
—¿Qué sucede? —preguntó él.
—Pues que unos soldados españoles andan preguntando por ti.
—¿¡Por mí!? —respondió Abdul alarmado y alertándose de inmediato.
—Bueno, no por ti específicamente, no eres tan importante, pero andan preguntando si hay moros dentro