CAPÍTULO 34 — Tendremos un bebé.
Sofía.
El aire en la sala pareció condensarse cuando Camila pronunció esas palabras. Los ojos de Gael se entrecerraron mientras sopesaba la situación, y yo me mantuve a su lado, sintiendo la tensión en el ambiente. Camila estaba desesperada por afirmar su posición, pero algo me decía que su confianza estaba empezando a tambalear.
Gael se aclaró la garganta, manteniendo su mirada fija en su exesposa. Era obvio que estaba evaluando sus opciones y calculando cómo abordar la situación.
—Camila… —Laura rompió el silencio levantándose definitivamente y tomó el brazo de su hija—. Por favor cariño, te lo explicaré…
—No… ¿Qué puedes explicarme? ¿Qué mi esposo no pudo esperarme? Que no tuvo esperanzas y me enterró ese mismo día…
Apreté mi boca. Ella sabía jugar muy bien.
—¡Camila, ya basta! —la mujer tenía las lágrimas en las mejillas cuando Gael alzó la voz, y ella lo miró con evidente molestia.
—Te diré una cosa… buscaré un abogado… nunca he firmado un papel, y el divorcio debe ser con