Kiara vivía sus meses de embarazo consentida por su amor, por su padre y su mejor amiga. Salvatore estaba feliz por ella cada día la llamaba para saber de ellos, saber que tendría hermanos era algo que en su corazón sentía mucha felicidad.
- Hijo, ¿cuando vendrás? Necesito verte.
- Pronto estaré de vacaciones y volveré madre, es un promesa. Estaré con ustedes. Los amo, dale saludos a mi abuelo de mi parte .
Donatello veía como su mujer era feliz hablando con su hijo, parado en el umbral de la puerta con las manos en los bolsillos caminó en su dirección, se sentó a su lado acarició su rostro y un mechón de cabello lo enredó entre sus dedos.
- ¿Está feliz mi mujer? -Kiara vivía sus meses de embarazo consentida por su amor, por su padre y su mejor amiga. Salvatore estaba feliz por ella, cada día la llamaba para saber de ellos, saber que tendría hermanos era algo que en su corazón sentía mucha felicidad, y era algo que siempre deseó.
— Hijo ¿cuando vendrás? Necesito verte — Pronto estaré