Aaron sostuvo a Nahia porque se veía que las náuseas apenas la dejaban tenerse en pie.
—Vamos nena, levanta la cabeza, por favor, mírame... mírame —le suplicó.
La muchacha trató de agarrarse de algo, pero sentía que estaba a punto de desmayarse. Había vómito sobre su ropa y eso le daba más asco to