Cuando por fin llevaron el cuerpo de Antonio a su casa, ya habían sacado la mayoría de las cosas que se encontraban ahí como el comedor, los muebles, y otras como libreros que estaban altos y pesados, solo estaban cubiertas por sábanas blancas.
Horas antes de eso “Gely”, la niña entró de repente a la cocina de la tía Andrea a quien encontró llorando y hablando con su mamá
¡No quería ir!, todos le insistimos que se fuera a divertir -lloraba amargamente Andrea-
¿Por qué? ¿Por qué él?
No puede ser, debe ser una pesadilla y no despierto
¡Tía!, no se que decirte, Comprendo tu dolor, - llorando y abrazándola al mismo tiempo le decía Marian-
¡Mamá!, - de pronto habló la niña-
¡Gely!
¡Hija!, por favor vete a la casa con tu papá, en un momentito iré yo -respondió Marian-
¡Si mami! – Asintió la niña-
Pero en lugar de irse por la puerta de atrás salió por la sala y se quedó asombrada al mirar que los muebles no estaban, toda la sala que era grande estaba vacía, el librero que tenían estaba cub