EL EMBARAZO

¡Josué! ¿irás al evento está noche? -Preguntó Marian -. Tengo que ir, respondió este; esposa mía, acaso ¿no recuerdas que soy el vocalista del grupo?

Si, lo sé, pasa que no estaba segura si era hoy, hubiese deseado que no.

¿Porqué? ¿Qué sucede?

No es importante, solo que no sé qué me pasa, no me siento muy bien, y me siento muy cansada.

Está bien, no importa, quédate en casa; me gusta me acompañes, pero es mejor que descanses, si continúas así mañana te llevaré al médico.

¡no exageres! ¡al rato pasará!, ja ja, deberás como exageras, un descanso bastará, supongo es, porque casi no me dejas dormir por las noches. - dijo Marian tímidamente-, al mismo tiempo que sus mejillas se ponían color rojo.

¡está bien! ¡no me culpes! -dijo sonriendo Josué-, la única culpable eres tú por “ser preciosa”, este riendo de cómo se ponía su esposa preguntó: ¿Por qué te pones roja? Jajajaja pareces un jitomate jajaj. Por otro lado, eres mi mujer, esto es normal entre nosotros, no deberías ponerte así

¡Eres un desvergonzado! ¿Cómo te atreves siquiera? -Marian-, toda avergonzada respondió a Josué-; mejor apúrate antes que se te haga muy tarde, ¡anda! Ve a ducharte mientras yo plancharé tu ropa. -dijo ella al tiempo que empujaba a Josué a salir del cuarto-.

Esa noche Marian durmió sola ya que Josué llegó a casa cuando se comenzaba asomar el sol, y ella estaba despertando para realizar sus labores diarias como ama de casa.

¡Josué! -dijo sorprendida Marian-. ¡estas borracho!

lo que él hizo en ese momento fue tomarla de la cintura y abrazarla para darle un beso en la mejilla al mismo tiempo que le respondió:

No te molestes cariño, solo fueron unas copas después de que terminamos de tocar, los chicos quisieron cenar algo y nos tomamos unos tragos; me iré a dormir de inmediato, solo me bañaré primero.

Y así como lo dijo, se dirigió directo al baño, tomando sus cosas para su ducha y dejando a Marian ahí parada y confusa con su actitud. Por otra parte, esta se dijo así misma, ¿Qué me pasa? Solo estoy viendo moros con tranchetes donde no lo hay…

Así sin más, continuó con sus labores, preparó un desayuno rápido para que Josué comiera antes de irse a dormir; y cuando ella estaba comenzando a desayunar sintió que el estómago se le revolvía, lo que la hizo correr de inmediato al baño; ese día por la tarde sintió mareos que después que pasaron no le dio la mayor importancia.

Como era de imaginarse dos meses después Marian comenzó a sentir cambios en su cuerpo, pero esta al no tener estudios no tenía realmente idea de lo que le estaba sucediendo, pero sus síntomas de náuseas y mareos continuaron, hasta que una tarde…

¡Tía Julieta! No sé qué me sucede, me he estado sintiendo muy cansada últimamente y estos ascos; le diré a mi mamá me prepare un tónico para no sentirme así.

Julieta asombrada miro a la chica y dijo: ¡Marian! ¿has tenido tu periodo últimamente? a lo cual ella respondió tranquilamente, no.

Vieras que alivio siento descansar del periodo, ¡uff! es fantástico -respondió Marian ingenuamente-

Julieta con una sonrisa le dijo: ¡ay chamaca! ¡debes estar embarazada!, mañana iremos con el doctor de la familia, es amigo de Josué, así que no hay porque sentirse nerviosa.

En la cabeza de Marian solo estaba la palabra “embarazada”; y así toda conmocionada por lo nuevo que había escuchado se giró lentamente hacia su tía Julieta diciéndole: “embarazada”, está usted ¿segura?

¡No hija! No lo estoy, es por eso que te he pedido ir mañana al médico, para salir de nuestra sospecha.

¡Si! ¡iremos!

Por la noche a Marian no dejaba de darle vuelta la cabeza preguntándose si realmente estaba embarazada, y si fuera así, ¿Cómo lo tomaría Josué? ¿Se pondrá feliz? Y así realizándose un montón de preguntas por fin logró quedarse dormida en los brazos de su esposo que no tenía la más mínima idea de lo que le sucedía a su mujer.

Por la mañana, después del desayuno Josué se fue a trabajar mientras que Marian se alistaba para irse con su tía al consultorio del médico de la familia.

¡Tía! ¡Estoy lista!, Emocionada dijo Marian, ¡vayámonos pronto!, tirando de la mano de su tía, Marian instaba a salir rápido de la casa; pensaba que entre más rápido llegaran al doctor más pronto sabría los resultados, dado que todo indicaba que en realidad lo estaba.

Por fin llego el momento en el que Sebastián el amigo de Josué, y médico de la familia ¡quedo libre! Sin embargo, iba de salida cuando sorprendido miró a la hermana de Josué esperándole.

¡Señora Julieta! ¡Qué gusto verle!, ¿a qué se debe el placer de mirarle aquí?

Afortunadamente no es nada serio, -respondió Julieta-, estoy aquí por la esposa de Josué

¿Qué sucede con ella? -Preguntó Sebastián-; pero pasen por favor, para que pueda revisar con calma.

Marian, Aún nerviosa dijo: sospechamos que estoy embarazada, por esa razón estamos aquí. Para poder salir de esta incertidumbre.

 ¡oh! ¡ya me doy cuenta! Dijo de manera sonriente Sebastián, ¡tomaré una muestra de sangre! Y mañana por la mañana tendré tus resultados.

¿Tanto tiempo? Preguntó Marian de forma desesperada pues creía que el doctor de inmediato le daría el resultado.

¡Así es Marian! Hasta mañana podrás confirmar o no, tu sospecha de embarazo.

Y así sin más Julieta y Marian regresaron a casa sin mencionar nada a nadie aún, hasta no saber si realmente era embarazo u no.

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