La música sonaba de fondo, mientras que David y yo nos devorábamos. Además de Marcos, no había tenido un beso tan intenso como el que tenía en estos momentos con David.
Nos separamos a causa de la falta de oxígeno.
—Tenemos que irnos. —habló David. Me tomó de la mano y empezamos a caminar hacia la salida. No refuté ante su decisión, ya estaba de acuerdo en que era momento de irnos. Subimos a su auto y condujo hasta mi apartamento.
Ninguno de los dos mencionamos alguna palabra y fue lo mejor, ya que no quería pronunciar nada.
Mi camisa aún estaba mojada por la cerveza y el olor era innegable. Al llegar a mi edificio, me bajé de su auto, pero no imaginé que él bajaría.
—Voy a acompañarte hasta la puerta.
Asentí y caminé hasta tomar el ascensor. David me acompañó hasta llegar a la puerta de mi apartamento.
—Muchas gracias por el concierto, nunca había disfrutado uno tan cerca y tener acceso a tantos sitios. Tu trabajo también es importante, no siempre es necesario estar sentado de