POV: AIRYS
Mis ojos se abrieron de par en par. Sobre mí, había un enorme lobo blanco que metió su hocico en el agua, observándome con intensidad.
— ¿Quién era tu madre? — La voz resonó.
Mis cejas se fruncieron, el miedo mezclándose con la confusión. Mis músculos se relajaron y, de repente, el agua ya no parecía ahogarme. Se deslizaba sobre mi piel, envolviéndome de una manera extrañamente reconfortante.
A mi alrededor, imágenes tomaron forma. Mi madre y yo jugamos en el jardín de nuestra antigua casa. Debía tener unos cinco años. Ella sonreía, sus ojos llenos de amor y tristeza.
— Llegará el momento en que sabrán quién eres realmente, hija mía. — Su voz sonaba suave, a pesar del peso que dejaba detrás de sus palabras. — Cuando eso suceda, prométeme que huirás bien lejos, sin mirar atrás.
— ¿Pero y tú, mamá? — La pequeña sollozaba, llorando. — No puedo dejarte sola, papá, es cruel.
— Estaré segura si tú estás segura. — Ella me abrazó con fuerza, su respiración temblando contra mi piel.