POV: DAIMON
Salté sobre los dos lobos con toda la fuerza de mi cuerpo, las garras clavándose en su carne y desgarrando sin piedad mientras los arrojaba contra una vieja puerta de madera agrietada. La estructura cedió bajo el impacto, astillándose a mi alrededor cuando crucé con los pies firmes, haciendo temblar el suelo bajo mi peso.
La sangre goteaba de mis colmillos. Sentía el sabor metálico aún en la lengua. Respiré hondo.
Fue entonces cuando el olor me golpeó.
Fuerte. Vivo. Mío.
Levanté la mirada y lo vi.
Allí, en el centro del caos, rodeado de escombros y amenaza, estaba mi hijo. Queda en alto, puños apretados, enfrentando a la bestia sin desviar la mirada. El lobo negro frente a él exudaba malicia y placer. Y aun así, el pequeño se mant