POV: AIRYS

Mis piernas vacilaron.

Una sola lágrima recorrió la esquina de mi ojo antes de que pudiera evitarlo. La presión en mi pecho fue fuerte, abrumadora. Mis labios temblaron.

Me quedé en silencio, sin valor para mirarlo.

“¿Cómo lo sabe?”

“¿Cómo puedo sentir eso?”

Desde que mi madre murió, o mejor dicho, fue asesinada, nunca me he sentido verdaderamente amada. Siempre fui un error. Siempre fui… solo la humana.

Tragué el dolor respirando profundamente, tratando de recomponerme.

— Ya terminé mi comida, Alfa. ¿Puedo retirarme? — Era todo lo que podía decir.

Daimon deslizó el pulgar por mi mejilla, limpiando el rastro húmedo de la lágrima. Su toque era cálido, áspero e implacable.

— Mírame. — Su voz salió baja, depredadora y fría, seguida por una autoridad que no permitía cuestionamientos.

Me resistí, pero hice lo que ordenó, bajando ligeramente la cabeza hasta que nuestras miradas se alinearon.

— El dolor nos hace más fuertes. — Su tono era directo, impasible. — Toma lo que sientes