C138- NO SUELTES LA PRESA.

El resto del día transcurrió con aparente normalidad. Las clases siguieron, los pasillos se llenaron de risas infantiles y zapatillas de ballet resonando en el suelo encerado. Pero, debajo de todo eso, flotaba una misma pregunta entre susurros:

¿Qué relación tenía Lucy con el nuevo dueño del edificio?

Las miradas la seguían, algunas con curiosidad, otras con envidia, unas pocas… con juicio. Pero Lucy caminaba con la cabeza en alto.

Cuando cayó la tarde y el último grupo de niñas salió del estudio, Lucy estaba en el vestidor guardando su ropa en el bolso. El edificio se iba quedando en silencio, pero en el fondo de su mente latía una certeza: Eros haría otro de sus movimientos.

Lo conocía.

No era de los que retrocedían, él era de los que volvían por la ventana. Pero esta vez, ella no estaba desarmada.

Recordó el consejo de Ava la noche anterior:

“Hazlo sangrar. Hazlo rogar. Hazlo pensar que te perdió, aunque aún no hayas decidido si quieres que regrese. Ese t