Se que mi esposo no sabia que decirme en ese momento porque le extraño mucho mis palabras, pero pense que seria lo mejor, si le dejaba libre de hacer lo que quisiera con esa mujer, pensé que seguramente se sentiría más seguro conmigo y haría todo lo posible por que esa mujer desapareciera de nuestras vidas cuanto antes, aunque aún quedaba la otra cuestión, ¿que haría yo entonces?¿quedar embarazada de mi marido o seguir con las pastillas que me descubrió mi esposo? además, estaba el anuncio del peridodico, ¿quien fue capaz de anunciar esa gran mentira?, pensé que todo tendría una respuesta que aun yo no lo veía, ¿pero quien me la iba a dar? estaba algo confundida. Solo pensaba en darle a mi esposo lo que me pidiera sin reclamar nada, ya que quería que viera que lo amaba a pesar de todo y eso iba a hacer, demostrarle a mi esposo, que era suya y demostrarle cuánto confiaba en él. Después de ducharnos, nos tumbamos en la cama abrazados, quedandonos dormidos, por el cansancio que teníamos