Aaron dejó su vaso encima de la mesa, acercándose a mí muy despacio, sin apartar su mirada, haciendo que mi cuerpo empezara a temblar como una hoja que cae de un árbol. Cuando ya estaba a mi altura, me cogió el brazo con fuerza con su mano, arrastrándome con él hacia las escaleras y a nuestro dormitorio después, cuando entramos cerró la puerta, echando el pestillo, tirándome boca a arriba en la cama. Le vi como se iba despojando de parte su ropa, pero cogio el cinturon de su pantalón enrollándose en su mano
— ¿Qué crees que vas a hacer? — le pregunté, sintiendo el primer azote en mis piernas haciéndome gritar
— Aaron no, por favor, haré lo que me pidas, pero no me sigas pegando — le suplique cayendo una lagrima por mi mejilla
— Eso es lo que todas decis, hasta que el amo pide más y entonces huis como las cobardes que sois — me dijo dándome dos azotes con el cinturón en mis nalgas
— Eso fue lo que me dijo Andrew, que debía de obedecerte, ¿quién eres tú? no eres el hombre con quien me c