La noche fue perfecta.
Hace mucho que no me divertía de esa manera.
Mejor dicho, hace mucho no disfrutaba de una velada idílica cómo la que Renzo y yo compartimos.
Quería acercarme cada vez más a él, pero también era consciente de las murallas difíciles de derribar. Pero no imposibles.
Bueno, eso es lo que, quería creer.
Mi noche con Renzo la voy a tomar como un regalo de cumpleaños adelantado.
Hoy era mi cumpleaños.
Pero nadie lo sabía.
Temprano fui a la clínica. Y, había compartido un poco con Leila que estaba de mejor ánimo.
Así que, ahora estoy de regreso a casa donde me encuentro con Brandon.
—¿Se encuentran Gianna y Lorenzo?
—Bajaron a la piscina —espeta en tono serio y profesional.
Asiento.
—El señor, Renzo me dijo que usted haría algunos cambios en el menú de la semana.
—Así es — Avanzo por el salón. —Pero será sobre la marcha.
Volteo a verlo.
—No quiero ser tu enemiga. De hecho, mi intención es llevar la fiesta en paz. Eso, queda en tus manos.
No dice nada.
—Para que v